Más de diez años de investigación e innovación orientadas a la conservación de productos perecederos, hacen de KEEPCOOL un referente en el sector agroalimentario y en la conservación post cosecha. Conoce nuestro compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados en la Agenda 2030.
Más de diez años de investigación e innovación orientadas a la conservación de productos perecederos, hacen de KEEPCOOL un referente en el sector agroalimentario y en la conservación post cosecha. KEEPCOOL es sinónimo de calidad, constante innovación y desarrollo de nuevos productos.
Todos nuestros productos y soluciones se diseñan y fabrican en España.
Gracias a nuestra solución, nuestros clientes han conservado mas de 43 Millones de kg de fruta y verdura al mes y hemos evitado tirar a la basura más de 3,5 Millones de kg al mes. Con el desperdicio que hemos evitado se podría dar de comer a más de 250.000 personas al año.
Se estima que la población mundial alcanzará los 8.500 millones en 2030 y los 9.300 millones en 2050. Se prevé que la demanda mundial de productos agrícolas aumente en los próximos 40 años como resultado del crecimiento de la población y los ingresos. La demanda específica de frutas y verduras también está creciendo, ya que un mayor consumo de estos productos se ha asociado con un creciente interés en una dieta más saludable, y se espera que aumente con el tiempo. Las organizaciones internacionales han estado instando a las naciones de todo el mundo a promover el consumo de frutas y verduras.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12 de la Agenda 2030 consiste en “garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”. La meta 3 de este objetivo consiste en lograr “de aquí a 2030, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha”.
Tanto la pérdida como el desperdicio de alimentos es un problema grave en todo el mundo. Según la FAO, el desperdicio mundial de alimentos representa entre un tercio y la mitad de todos los alimentos producidos. Gran parte de los 125 a 160 mil millones de toneladas de alimentos que se calcula que se desperdician cada año, lo que equivale a una pérdida de 1.2 billones de dólares para la economía mundial, es perfectamente comestible y nutritiva. Una décima parte de la población mundial sufre hambre, a pesar de que se producen suficientes alimentos para alimentar al doble de la población mundial.
Las metas de este objetivo atienden en primer lugar a la mejora de la alimentación a través del acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente y la erradicación de todas las formas de malnutrición, y se ocupan también de la producción de alimentos, la agricultura y en general el sistema alimentario.
Las frutas y verduras pierden la mayor parte de sus propiedades cuando se conservan de manera convencional, es decir, solamente en el frigorífico.Investigaciones han demostrado que la vitamina C es necesaria para el buen funcionamiento de los procesos fisiológicos del cuerpo humano, ya que interviene en procesos y funciones vitales. Desde la FAO indican que en países como Asia, África y América Latina abunda la malnutrición de tipo B que consiste en que pese a disponer de suficientes alimentos, los nutrientes que se consumen son deficientes. La OMS acuñó ese concepto en marzo de 2006 y hace referencia a la carencia de nutrientes presente en algunos alimentos. Más del 30% de la población mundial sufre de esta carencia.Tanto la OMS como la FAO reclamaron en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición en la necesidad de prevenir la malnutrición, incluidas las carencias de micronutrientes.
En el objetivo número 15 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 es Vida de Ecosistemas Terrestres, en su meta 15.3 Lucha Contra la Desertificación nos dice “luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con efecto neutro en la degradación del suelo”.
La cantidad de suelo de cultivo desperdiciado al año, supone la superficie de la provincia española más grande en extensión que sería Badajoz con aproximadamente 22.000 km2, según los datos de cultivo del Ministerio de Agricultura.
El objetivo número 13 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 es Acción por el clima y se insta a adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. La lucha contra el cambio climático, tanto la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como la adaptación al cambio climático.
Un investigador estimó (en 2011) que se emitían 112,92 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente por año a partir de la producción, procesamiento y eliminación de desperdicios de alimentos evitables en los EE.UU.
La huella de carbono a nivel mundial derivada del desperdicio de frutas y verduras que nunca llegan al punto de venta, está en torno a 3,3 millones de toneladas de CO26. Esto supone el doble de las emisiones de CO2 del transporte por carretera en todo USA.
El cambio climático y la pérdida/desperdicio de alimentos están estrechamente relacionados. Según las últimas estimaciones, el 9% de las emisiones de gases de efecto invernadero son causadas por alimentos que se pierden o desperdician. La pérdida y el desperdicio de alimentos impactan los recursos hídricos y terrestres y la biodiversidad.
El objetivo número 6 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 es garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas las personas. La meta del 6.4 Uso Eficiente de Recursos Hídricos nos dice “De aquí a 2030, aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir considerablemente el número de personas que sufren falta de agua.”
En los EE.UU., la producción de alimentos desperdiciados requiere el gasto de mas del 25% del agua dulce total utilizada en los EE.UU., alrededor de 300 millones de barriles de petróleo, y representa el 2% del consumo anual de energía.
Según la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con el Observatorio del Agua de la Fundación Botín, la huella hídrica asociada al desperdicio de alimentos equivale a más de 130 litros de agua por persona y día, que equivale a una bañera grande llena de agua por persona y día.
