En 2015 empezamos a investigar el aire y sus efectos en torno a la maduración de la fruta, la verdura y las flores. Descubrimos que, modificando el aire, podríamos influir directamente en el proceso de maduración. Aumentar los días de conservación, evitando el desperdicio y ayudando a los productores, xportadores y puntos venta a conservar y mantener las frutas y verduras en perfecto estado.
Desarrollamos la tecnología bajo rigor científico. No sabemos hacerlo de otra manera. Sometimos el primer modelo a ensayos clínicos, y los resultados fueron muy satisfactorios. Tanto, que acabamos instalando nuestra tecnología en grandes productores, transportistas y puntos de venta.
Los resultados siguieron sorprendiendo y más empresas de alto nivel se sumaron a nuestros ensayos. Pronto se corrió la voz y cadenas de supermercados como ALDI süd en Alemania nos llamó para probar nuestra solución.
En 2019, decidimos colaborar con un doctorado industrial con la Universidad Católica San Antonio para demostrar científicamente todos los resultados que teníamos previamente.