Cada año, miles de toneladas de frutas y verduras perfectamente comestibles se pierden antes de llegar al consumidor final. Además del impacto social y medioambiental, esta realidad supone es un agujero económico silencioso para supermercados, exportadores y productores hortofrutícolas.
La gran pregunta es: ¿cuánto cuesta realmente ese deterioro silencioso? ¿Qué podemos hacer para frenarlo?
Toneladas que se pierden y millones que se esfuman
En 2020 se realizó una prueba de piloto en las operaciones de ALDI Süd (Alemania) con la utilización de los absorbedores de etileno en los camiones de suministro.
En el caso de esta cadena de supermercados el desperdicio alimentario, solo en la etapa del transporte de frutas y verduras, podemos situarlo en torno a las 11.000 toneladas anuales, lo que equivale a una pérdida de más de 17 millones de euros al año. Un problema que impacta directamente en márgenes de beneficio y sostenibilidad operativa.
En el estudio de soluciones contra esta problemática, cuando esta misma cadena implementó las soluciones de KeepCool durante 6 meses en sus camiones de suministro a supermercados.

Los resultados fueron concluyentes, con unas tasas de reducción de incidencias, tanto de tipo amarillo, que significa la retirada de parte del contenido transportado, como de tipo rojo, que conlleva la eliminación de todo el contenido de ese transporte. Estas variaciones, extendidas a lo largo de 1 año y extrapoladas a la actividad de la cadena de Supermercados española Mercadona, dan lugar a evitar la pérdida de 19.412 toneladas al año, con un ahorro neto de más de 24 millones de euros al año.
Es importante resaltar nuevamente que este es el ahorro conseguido solo en una parte del ciclo, con una solución de aplicación en camiones de suministro que no tiene ningún tipo de incidencia en su operativa (y que el propio transportista puede colocar en menos de 20 segundos).
Fundamento científico: el dato que cambia el enfoque.
Los datos anteriores fueron recogidos en una prueba realizada por el cliente ALDI Süd, en operativa real en las condiciones de ese periodo. Podemos afirmar que fueron valores sensiblemente inferiores a la realidad que nos encontramos en el sector.
Y es que según el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea (JRC), el nivel medio de pérdida de frutas y verduras en trayectos superiores a 500 km puede alcanzar un 6,45 %. Esta cifra ha sido usada como referencia en el Análisis de Ciclo de Vida (ACV) realizado por la consultora Devera en colaboración con KeepCool como fabricantes de soluciones de conservación.
Cuando se introducen estas tecnologías activas, como filtros de oxidación de etileno en los sistemas de refrigeración, ese porcentaje puede reducirse por debajo del 3 %. Eso significa que, por cada 100.000 toneladas transportadas, se podrían evitar hasta 3.450 toneladas de pérdida, lo que representa un ahorro potencial de más de 5 millones de euros anuales si consideramos un precio medio de 1,5 euros por kilo.
¿Cuál es el motivo de este desperdicio?
Uno de los principales culpables es el etileno, un gas que estos alimentos generan de forma natural, pero que es responsable directo en acelerar el proceso de maduración de frutas y verduras. Cuando se acumula en espacios cerrados como cámaras frigoríficas, contenedores o camiones, provoca la rápida pérdida de firmeza, color, olor y valor nutricional. Esto se traduce en productos que ya no pueden venderse, o que simplemente pierden atractivo comercial para que el consumidor final los elija.

En los estudios realizados en España por el equipo KeepCool con el Dr. Ramiro Alonso Salinas de la Universidad de Murcia (UCAM), queda patente que los productos tratados con tecnología KeepCool mantienen su firmeza, color e incluso contenido de vitamina C hasta x4 veces más que los productos sin tratamiento, lo que significa más tiempo para vender, menos mermas en logística, poder proporcionar un producto de mayor calidad al consumidor final.

De la postcosecha a la caja del supermercado: eficiencia con propósito
Es importante proteger a los productos a lo largo de toda la cadena de comercialización, es decir, desde el productor hasta el lineal de venta. Combinando soluciones para el transporte y para cámaras de almacenamiento, hablamos de un sistema de conservación activa que limpia el aire en contacto con los alimentos, elimina etileno, hongos y bacterias, y permite conservar los productos frescos en condiciones óptimas sin necesidad de congelarlos ni de aplicar químicos.
Dependiendo de las condiciones y del tipo de alimento, estas serían las principales soluciones a utilizar:
- Absorbedores de etileno para transporte (sachets y KC Transport 15 y 30 días), para su utilización en cajas de hasta 20kg de producto en el caso de los sachets y para la exportación en contenedores y camiones con los KC Transport.
- Equipos para cámaras frigoríficas con presencia de etileno (KC BIOethylene), para la acción conjunta de esterilización de cámaras y captura del etileno.
- Equipos BIOgermicide, diseñados específicamente para el ataque total a hongos, esporas y bacterias, esterilizando cámaras, salas de manipulación, centros logísticos, etc. Este equipo es utilizado con enorme éxito en las industrias cárnicas, pescados, huevos, fajitas… en toda situación donde se requiera esterilizar el aire en contacto con los alimentos.
Cada uno de estos elementos ha sido probado científicamente y validado en condiciones reales de mercado, con publicaciones en revistas científicas como Agronomi, LWT y Horticulturae.
Además, la tecnología KeepCool cuenta con patentes registradas y procesos ecológicos, garantizando el 100% de seguridad alimentaria.
Menos pérdidas, más rentabilidad, mayor impacto
Pero no todo es economía. Reducir el desperdicio alimentario también significa reducir la huella de carbono. El mismo Análisis de Ciclo de Vida desarrollado con la consultora Devera demostró que, al evitar esas pérdidas, se reduce la emisión de gases de efecto invernadero en un 2,5 % por cada kilogramo de fruta fresca comercializada. Puede parecer una cifra modesta, pero en cadenas con decenas de miles de toneladas distribuidas semanalmente, la contribución ambiental acumulada es enorme.
En un contexto de creciente presión normativa y expectativas de sostenibilidad por parte del consumidor, este tipo de mejoras marcan la diferencia.

Conservar bien es no SOLO tirar menos, ES GANAR MÁS.
La postcosecha ha dejado de ser una simple etapa logística. Es ahora una fase estratégica que puede definir el éxito o fracaso de toda la cadena agroalimentaria. Apostar por soluciones como KeepCool no solo es una inversión rentable, sino una declaración de compromiso con el futuro del alimento, el negocio y el planeta.
Si tú también quieres alargar la vida de tus productos frescos, reducir mermas, mejorar tus márgenes y aportar valor real al mercado, es momento de conocernos.
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