
Cada temporada, las frutas de hueso se convierten en las verdaderas protagonistas del mercado español. Su jugosidad, frescura y calidad visual las hacen muy valoradas, pero también increíblemente sensibles durante el transporte y almacenamiento. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, su producción representa un porcentaje clave del total de fruta fresca comercializada cada año.
Melocotones, nectarinas, albaricoques, ciruelas y paraguayos comparten un desafío común: llegar al consumidor final con la misma calidad con la que salen del campo. Y eso, lamentablemente, no siempre ocurre.
¿Por qué son tan delicadas las frutas de hueso?
Las frutas de hueso tienen un ciclo de vida postcosecha corto y unas condiciones de conservación muy exigentes. Estos son los principales factores de riesgo:
- Alta sensibilidad al etileno, que acelera su maduración.
- Estructura frágil que facilita daños físicos y entrada de patógenos.
- Elevado contenido en agua y azúcares que propicia la proliferación de hongos y bacterias.
- Riesgo de pérdida de firmeza, sabor y color.
- Necesidad de una temperatura y humedad estrictamente controladas.
Un mal manejo puede reducir su vida útil en más de un 30%. Según la FAO – Plataforma sobre pérdidas y desperdicio alimentario, más del 45% de las frutas y hortalizas se pierden antes de llegar al consumidor.
¿Cómo se manifiesta el deterioro en frutas de hueso?
El deterioro no siempre es visible de inmediato, pero es progresivo e inevitable si no se actúa a tiempo. Algunos ejemplos:
Albaricoque
Pierde firmeza rápidamente, aparecen manchas marrones y su textura se vuelve harinosa

Melocotón
Se ablanda desde el interior, pierde aroma y aparecen zonas acuosas con moho.

Ciruela
Genera una capa blanquecina, piel arrugada y oxidación interna.

Paraguayo
Se vuelve pegajoso y pierde su dulzor característico.

Nectarina
Muestra textura gomosa, zonas hundidas y color apagado.

El impacto va más allá de la fruta
Un lote deteriorado supone:
- Pérdidas económicas directas
- Rechazos en exportación
- Daño a la reputación de marca
- Aumento de residuos alimentarios
Cómo conservar las frutas de hueso sin químicos
La solución no está en productos químicos. Hoy, la innovación permite mantener frescura de forma natural y sin residuos. Los filtros KeepCool:
- Eliminan el exceso de etileno
- Reducen la presencia de bacterias y hongos
- Preservan sabor, textura y aroma
- Alargan la vida útil hasta +5 días
- Reducen mermas hasta un 40%
La cámara frigorífica, el primer eslabón de la calidad
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